Que bella secuencia en la que
se iban integrando los personajes en un todo común, un decorado amalgamado y de acción solidaria. La búsqueda de “Emilia”, a partir de la reunión de vecinos en el
descampado. Recorrido de lugareños para un objetivo común y muy complejo.
Me ha recordado tanto la
composición, el decorado, la puesta en escena maravillosa, triunfante y
emotiva, al “Novecento” de Bernardo Bertolucci. Una obra genial. De hecho, el pueblecito del film, estaba
ubicado en una preciosa región italiana, al norte, muy rústica y solidaria: la
Región de "Emilia-Romagna".
Un relato vivido esta tarde sobre el microcosmos del respaldo y la
fraternidad entre las clases humildes, cuando las campanas tañen a rebato ante una
emergencia familiar. Esta tarde, una secuencia de llorar, de compulsión
emotiva, como eran las películas antes
en el cine. Con todos los elementos cinematográficos, al unísono, con una música al estilo del "Romanzo" del filme en cuestión, dentro de un cuadro
teatral y pictórico, coral, reivindicando el entendimiento en el ser humano, la amistad
y la solidaridad entre los pobres. Muy bonito.
Del “Novecento” no sólo tenía
la composición óptica y los encuadres, sino la visión de ese campesinado
iletrado, sin futuro, oprimido y hasta esclavizado, de corazón generoso, cuyo
único atisbo de esperanza se encuentra en el respaldo de los unos con los
otros. Ha sido un fresco televisivo, de gran fuerza y conmoción, un
homenaje a aquellos tiempos y a aquellas
gentes anónimas, orgullosas de haberse conocido y poder ayudarse para un fin bueno en comunidad.
Por cierto, “Mario Zorrilla”, a quien felicitábamos ayer, ha vuelto a
mostrarnos a ese actor que siempre deseó interpretar filmes de género y acción,
como me lo ha confesado él mismo, al tiempo que me agradecía mi visión
indiscutible sobre sus cualidades innatas. Mi criterio sobre Mario, como actor de cine violento en Spaghetti Western,
con poco romanticismo, al contrario de los filmes de John Ford y sus protagonistas. Dentro de un cine de miradas, poca palabra, voz oscura, que abusa de los primeros planos y con rostros duros e
impertérritos que alargan las tomas y agrandan el interés del espectador, punteando la
violencia de la escena. Le veo así a Mario. De hecho, he recibido algunos
“privados” y comentarios en faces, corroborando su enorme parecido con Fernando
Sancho y, diría yo aún más hoy, con el actor Angus Macfayden, aquel pirata tan temido
en su fiereza, “BlackBeard”, de Kevin Connor, rebelde de la pólvora que no quiere la amnistía. Mario Zorrilla, en septiembre, estará en nuestra emisora.
Pues le he pedido una entrevista, me la ha concedido. De hecho, él, se ha brindado;
se lo agradezco enormemente y será en mi retorno, en septiembre. Una época
feliz, la rentrée, mi cumpleaños y mi Festival. Por fin podremos entrevistar a
alguien de “Puente Viejo”, a un perfecto protagonista para aquellos sugerentes y
exóticos filmes de
acción y época, Western y “Peplum” de los años 50/60. Yo creo que hay que
reivindicar actores como Mario. Son, hoy, un icono de cómo eran aquellos
colosos fuertotes, en filmes tan
divertidos y heroicos de combates y de
aventuras; bandidos entre los bosques de “Sherwood”; héroes mitológicos a
la búsqueda del “Vellocino de oro” o cuatreros “Por un puñado de dólares”, que
veían nuestros padres y abuelos en los cines, en color de LUXE y con la
elocuente lente divergente del cinemascope. Será un honor entrevistarle.
Humor ácido para el “Concurso
de Tortillas”. Politiquilla engreída y barata, la pobre “Dolores” del “Colmado.
Que, aunque ni pincha ni corta en el organigrama político español, a pesar de
ser Alcaldesa Consorte de la nada, no deja de pecar de los mismos vicios
corruptos de la insalvable casta política española. Cada cual a su altura y con su cuala. El enredo, la manipulación
de una torticera que da la vuelta al calcetín para tapar el roto con otro
descosido que, “cuela”, porque no hay nadie que le pare los pies. Hoy, lo ha
hecho, stop, “Don Anselmo”/Mario Martín. Y con ese ,ínfimo de interés
provechoso para él, que se siente transfigurado de inmensidad porque ya hay encartelada
de lo suyo, foto y tinta, sobre su acción grandiosa de tener embobado a un
pueblo con un amañado concurso de tortillas. Detrás de cada cartel, hay muchos
intereses de altos vuelos, aunque sean mezquinos como en este pueblecito. Siempre son mezquinos.
Excelente secuencia, el
enfrentamiento entre “Paquita” y “Aurora”, en la cena de bienvenida. María
Bouzas representó como pocas veces, el declive y la catástrofe ante su impotencia con los dos grandes
hijos de “Pepa”/Megan, reunidos en le pueblo. Mal le van las cosas, su ira no
tiene canalización ni servidumbre para ejecutarla en su nombre, para que tenga
que ir, ella misma, a reprobar el derecho de los hijos de “La Partera” a vivir
en su tierra y casas. Allí donde “Pepa Balmes” llegó un día y amó como nadie y
se cultivó y les dio la vida. Ariadna sigue ganado por goleada, aunque
“María”/Loreto, en esta tarde, ha estado impactante cuando se ha rebelado
contra su marido, un siniestro “Fernando”/Carlos, ante esa naturaleza que
quiere hacer caer en su esposa. Una "María", acaba amotinándose
y neutralizando la actitud déspota del marido. Una rebelión de mujer
inteligente, capacitada, enamorada de “Martín”·/Jordá y decidida. Se emancipa frente a un violador y a un salvaje sin
escrúpulos, anulándole mucho la actitud patriarcal del delincuente, cuando le hace frente.
Saludos a Charlotte que recuerda mucho a las niñas aquellas llenas de piedad y buenísimos sentimentos de las pelis de CIFESA y de SUEVA FILMS, en blanco y negro.
Secuencia magnífica entre: "Candela" y "Trsitán", sobre la incongruencia del querer, a veces volcada hacia los más diabólico. "Tristán" quería a"Jacinta". Le daba lástima. Le tiene piedad porque, parecía darle cariño, se acostumbró a ella y a sus zalamerías y sabe que tiene un destino irrecusable. El sanatorio mental. Es la pena que te da esa amiga, tiradilla en un oscuro rincón de un Pub de medio pelo, apenadita, demacradita, con cara lastimera, ahogando su tristeza y falta de personalidad entre "mojitos" falsificados. Y sola, a la hora de la verdad, porque siempre "mete la pata". Es la ineptitud y la torpeza las que actuaban como un narcótico, nublando la mente equivocada del querer "Tristanero". !Es lo que había!. La sinrazón del querer. Que no hay sentimientos buenos ni malos, sino naturales, que brotan desde el misterio sentimental del ser humano. Nadie conoce las coordenadas de la conexión son el mundo afectivo. Y.. ¿Cómo hay que tratar a las mujeres?... que aconseja "Candela"/Aida a Tristán": Lo dijo Sir Richard Burton, en "Camelot" y en la versión teatral, "El King Arthur" :"!AMANDOLAS!"
Y ...en el final... una preguntita: ¿Quien ha comprado la casa donde estaba ubicada la "pastelería?. Creo que ha quedado claro esta tarde. La imagen ha hablado.
Y ...en el final... una preguntita: ¿Quien ha comprado la casa donde estaba ubicada la "pastelería?. Creo que ha quedado claro esta tarde. La imagen ha hablado.
Este es de los mejores que te he leido. Aunque creo que lo del niño esta siendo algo pesado y lata. Alabo lo sincero que eres José Ignacio, no te callas y dices las cosas como te parecen de modo muy convincente. y sigue asi es una gozada leerte todos los dias este tu pensamiento sobre Puente Viejo. Ya se que hay algunos en el serial que no te pueden ni ver a pesar de lo bien que les tratas pero eso ya te dice todo de ellos. Un fuerte abrazo amigo
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