José Ignacio Salazar Carlos de Vergara: "LOS MEJORES AÑOS DE NUESTRA VIDA"

MEJOR SECUENCIA: "LOS MEJORES AÑOS DE NUESTRA VIDA"
ACTORES: JORGE POBES Y JAVIER ABAD

Finísima y preciosa secuencia que bien la había podido filmar Sergio Leone en aquellos filmes donde se iban construyendo pueblos, países y leyendas, como también Norman Taurog sobre niños con infancia triste y difíciles pero siempre apoyándose entre ellos o John Ford en aquellos sus apasionantes relatos de emigrantes que se hicieron de la nada y atravesando ríos y penalidades.

Me ha emocionado muchísimo. No lo sé si a ustedes también les ha ocurrido lo mismo, pero ha sido ternura y existencialismo del bueno.

Le doy el premio a esta secuencia porque cuando he contemplado este momento he sentido que es cine puro en televisión. Lo más cercano a la esencia de este inmenso arte de imágenes en movimiento y emociones a imágenes por segundo. Al margen de estar soberbios los dos actores. Y es muy difícil describirla, hay que verla.

Primeros planos llenos de emoción donde asoma el alma que recuerda su infancia. Es un preciosa reflexión sobre la vida de unos hermanos desde su infancia y cuando recuerdan a quien les daba tanta vida, "Rita", todo un esplendor de mujer que recordamos con tanta nostalgia a aquella belleza, aquella energía que irradiaba tanta felicidad entre toda la familia, el amor de sus vidas después en el correr del tiempo. Es la memoria del cine lo que hemos visto.

Es una hermosísima y profunda historia sobre paso por la niñez y adolescencia, por su inocencia, despreocupación, sobre lo que conseguimos y fuimos perdiendo. Ese amor que murió y que nos aplaca el espíritu al rememorarle con mucho cariño, la chica con la que aún sueñas o el profesor que te indicaba el camino o sobre todo lo que te procuraba ingenua diversión. La niñez que jamás se olvida. Ese hermano que daba la cara por ti y cuando ellos dos saben que, aquel tiempo, aquellos buenísimos tiempos ya no volverán jamás, asumido sin tragedia. Ha sido una preciosidad.

Toda una vida que lo único que han hecho ha sido trabajar, deslomarse y levantarse temprano, como todos. Sentimientos puros los mostrados pudorosamente por "Aníbal e Isidro" contados con tanta sensibilidad que ha sido una preciosidad.

Una síntesis de guión, interpretación y dirección a la perfección y muy sencilla. Magia y bondad, estética y belleza, inocencia y juventud. Imaginario tierno y una rotunda demostración sobre que sólo recordamos lo mejor que pasó en los mejores años de nuestra vida y siempre con una dulzura agridulce que araña nuestro más íntimo ser.

Sobre el peso del pasado, sobre las oportunidades perdidas, los recuerdos, el perdón, toda la secuencia ha sido un poema visual repleto de melancolía sana y mucho cariño a los orígenes de cada uno de nosotros.

MEJOR ACTOR: MARIO ZORRILLA, El JEAN GABIN DE "MAIGRET".

Incluso tiene su porte, el del mejor actor francés y casi mundial del cine, Jean Gabin. Inolvidable actor con ojos a lo similar de Mario Zorrilla y porte aplomado como hoy "Mauricio"/"Maigret" en el filme.

Sabueso de finísimo olfato policíaco, sobrio, nada compasivo, descargaba sus palabras con las balas un revolver, cada uno en tambor daba en el blanco después de analizar los hechos tras la información pertinente.

Mucho del gran Gabin en esta tarde. El vienes le felicitaré en Castro a Mario. Cultura rural, deducciones compradas, razonamientos astutos, sospechas premonitorias, cabezonería de "Mauricio" , tiende trampas que iremos viendo hasta desasosegar a un "Fulgencio" violento y donde la angustia de este médico acabará en un proceso psicótico como los personajes a los que acosaba "Maigret".

Actor principal por su carisma arrollador esta tarde, transmitiendo plomo y confianza en sus averiguaciones, empatía que ha sabido transmitir una gran cercanía a su personaje veterano en PV, así como abrupta ironía que sale de su vozarrón y que descubrirá el laberinto de unos personajes absolutamente corruptos, mentirosos y tramposos, los vericuetos por donde quieren escaparse después de delinquir.

LA GRAN DAMA: MARÍA BOUZAS:

Pedazo de actriz esta tarde en el "Jaral".
Nadie le quiere o confía en ella. La política de incredulidad no tiene límite. No existe alguna familiaridad ni se propicia un intercambio con ella, es además expulsada. Personaje de psicología difícil pero que la actriz lo hace comprensible a cada momento. Solemnemente pero con la mayor naturalidad, "Francisca", intenta embaucar con un juego de cómplices que es rechazado.

LAS PERLAS DE "EL SECRETO": FORJA DE HOMBRES

CARLOTA BARÓ Y ALEJANDRO SIGÜENZA

Ya lo decía aquel, donde comienza a asomar un gran hombre, es porque antes ya existe una gran mujer. Y aquel otro que dice repetido por los siglos de los siglos: Lo que una mujer dispone, con amor y ternura, es lo que el hombre no se atreve a proponer.

Amor por encima de todo en esta secuencia elástica, suave y tersa como la piel de recién nacido. Un tema muy natural, los viajes de los maridos pero narrado sin drama, con inteligencia asumido en "Mariana" tratado todo de modo exquisito. Hoy hasta ha conseguido enamorar "Nicolás" entregado a su "Mariana". Una bella estampa de una cena ensimismada, donde un hombre es admirado por una mujer que confía y tiene esperanza en el hombre de su vida que, pese asus idas y vueltas a la manivela de la cámara, nunca deja de creer en él y confiar como en aquella magia de cuando se conocieron. Un alegato muy bien dirigido y de fábula interpretado por Carlota sobre el triunfo del amor sobre otras cosas y de la fuerza tan grande que actúa cuando una mujer ama a un hombre.

Secuencia donde parece que el amor tiene las bebidas contadas.

Una pareja de sirvientes de los demás que aman como cualquier otro potentado, más incluso. Que pese a las grandes vicisitudes nunca pierden el amor entre sí y finalmente juntos con el estómago bien "pimplau" alcanzarán un merecido final feliz.

ACTRIZ DE LA TARDE: AÍDA DE LA CRUZ

"TERNURA Y MISTERIO AL FINAL DE LA ESCALERA"

Desde la inquietud hasta el escalofrío pasando por el suspense, la mentira encerrada en el cuarto, dentro de una tensión y una interpretación muy a valorar en el registro de la actriz Aída que nos muestra cómo se inquieta al espectador de modo brutal con un misterio más seco y menos visceral, con una sutil sugestión costumbrista que con muertos vivientes que viven en el cuarto del piso de arriba de la escalera. Arriba, un niño o niña duerme y se escucha una exhalación de muy extraña procedencia en su sonido que no es perceptible para definirlo en su exacta procedencia.

Suena a Gastón Leroux y sus habitaciones enigmáticas. De nuevo Aída tiene su oportunidad de demostrar lo buena actriz que es. Colocando una dualidad de personaje que rompe creíblemente con su pasado, un extraño zombie fascinante y que muestra la ambivalencia de una actriz que debe convencernos de que algo raro ha habido siempre en ella.

Una secuencia entre una asombrada Ariadna y una Aída que nos ha dejado claro que, "Candela", es ya historia y mantiene una aproximación distintamente sugestiva a la historia.

Difícil momento ya que se corre el riesgo que el viejo registro asome y nos muestro lo actual como plena sobreactuación, algo que controla muy bien Aída.