ACTORES DE LA TARDE:
FERRAN VILAJOSANA, ROGER COMA, FERNANDO VAQUERO
CON: NURIA GAGO, ANDREA DURO Y ÁLEX MARTÍNEZ
CON: NURIA GAGO, ANDREA DURO Y ÁLEX MARTÍNEZ
Impresionante narración de una actor que parecía vivió el drama terrorista de aquel Mobutu y demás secuaces en aquella guerra civil del Congo que duró tres años. Mató a machetazos, después de violar a sinnúmero de nativos y extranjeros, descuartizando a todo aquel que consideró testigo, sospechoso o colaborador, que oliera a colonial, dentro de una guerra nada convencional en la que predominó la violencia política y tribal. Mobutu explotó un estado dentro de otro estado al tener, dentro de la confusión reinante de la colonia de Bélgica, al ejercito bajo control. Unas tropas feroces y caníbales que descuartizaron materialmente sobre todo, y muy en venganza, a los extranjeros, como cuenta el protagonista del serial, a machetazos vio morir a su novia.
La contribución de la serie a entremezclar aquella pavorosa historia con nuestras víctimas me ha satisfecho, es cultura y ha sido un periodo de descolonización de África que empezó mal y acabó peor y cuyas consecuencias seguimos pagando; por ejemplo en Ruanda donde una cínica ONU propuso hace poco, al criminal Kagame, un cargo honorífico en la ONU, que compartió con el siniestro Zapatero como presidente de un Comité Internacional (que así lo anunciaba Soraya Rodríguez en el senado español) sobe Objetivos de Desarrollo del Milenio. Pues sólo hay que ver y escuchar lo que el relato ha mostrado para preguntarnos que tienen, en la actualidad, todas estas élites crueles y terroristas del Congo y África Central, de su pillaje para que hayan gozado de tanto requiebro e impunidad por parte de partidos políticos europeos y sobre todo de Zapatero.
Es tremendo, no sólo fue en 1963, el homenajeado por el desvergonzado Zapatero, Kagame, en 1990, siguió la tradición de sacar las tripas a los campesinos, abriéndoles en canal, atados con sus mismas vísceras e incluso martirizando del mismo modo que cuenta "Ismael" a varios españoles que eran testigos de sus atrocidades, entre ellos a religiosas y obispos.
Isidro Uzkudun
Una alucinante y operista realidad del horror en directo. Memorable relato de algo dañino, de imborrable recuerdo y obsesionante de cómo matan a una mujer enfermera delante de su novio, partiendola en pedazos con un hacha. Del pueblo gipuzkoano de Pasaia, Isidro Uzkudun (en foto), de la misión de Mugina, a quien entrevisté yo en alguna ocasión, en el año 2000, militares de Ruanda y en su casa, atrozmente le descerrajaron varios tiros en la cabeza porque les dio la gana.
Monstruosa narración, impagable por su denuncia, mi aprecio por el actor que la ha transcrito en voz e imagen sobre la perra guerra, la miseria y bajeza de la misma, brutal horrorosa, los hombres se transforman en monstruos asesinos, los inocentes caen como conejos, sus gritos espeluznados se escuchan en kilómetros, caían como ratas en el Congo mientras carniceros les rebanaban la cabeza.
Momento litario y filosófico sobre el amor que lo ha planteado en su crudeza y realidad, con total acierto este actor, Roger Coma, que borda diariamente el papel. Una versión cínica sobre la inutilidad y el sufrimiento del amor que es lo que queda cuando inevitablemente se va, amor que dura poco y de nefastas consecuencias. Ya lo decía John Huston en su reflexión sobre las heridas del alma: "Dublineses" que "La pasión de amor dura poco, pero la pena de amor, esa, dura toda la vida; una cancioncilla que también se escucha en aquel filme sobre contrabandistas de Robert Enrico, con Lino Ventura y la bella Brigitte Bardot: "El boulevard del ron". Una reflexión muy barojiana la que también confirma "Julián", que la vida es ir capeando el temporal y una lucha por la supervivencia.
Inmenso hijo de perra este protagonista (que no el actor, todo hay que decirlo por si acaso), "Juan Peña". Actor de primera, de entre los mejores de la serie, que posee una portentosa carga expresiva y sabe mantener una perfecta atmósfera donde el machismo, lo carpetovetónico, la inquietud y tensión se cuelan por todos nuestros poros. Proyecta las sombras de un marido loco y asesino y de un chivato deleznable, de malo de película, con una angustia e incertidumbre encomiables.
Excelente Jose Ignacio. Y una pena lo de ese sacerdote que citas. Grandes actores y tu el mejor que he leido nunca. Has hecho bien en dejkar a toda ese gente intolerante y actotres pijos de Puente Viejo Un besote
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