¡Buen día! Sol y playa, relajamiento y buenas costumbres. Hoy es nuestro día. El de una profesión que, para mí, es la mejor del mundo: el periodismo. Aunque nos traten peor que a perros sobre todo en España donde se nos odia porque debemos contar la verdad y opinar sobre ella, en un a país corrupto donde sobra la crítica porque descubre lo que casi nadie interesa salga a la luz. Somos los maltratados porque intentamos que la realidad no sea lo que parece y la podamos entender de otro modo. Somos los que diariamente escribimos una antología del llanto, nuestra vida acaba exiliandonos y se ha decretado la persecución a nuestra profesión. Sin nosotros la democracia no existe o nunca se alcanzará. Cuando el poder nos persigue, es la dictadura. Cuando le ponemos al poder contra las cuerdas, es la democracia. Muy pocos nos valoran el trabajo que realizamos y algunos descansan cuando nos morimos. Y en España, así como en Euskadi, corren malos vientos para poder sentir lo que queremos y expresarlo diciendo lo que sentimos. Nos apalean todos los días porque pensamos, porque creemos que sólo seremos libres y creceremos con la verdad. La mayoría somos pobres, estamos mal vistos y en España nos llaman de gentuza para arriba. A nadie de otras profesiones se les injuria tanto como a nosotros y cuando hemos pasado y advertido y tras apalearnos y llega la confirmación, otros, se apoderan de aquello como suyo y nosotros seguimos en búsqueda y captura. En este día mando mi solidaridad a todos mis compañer@s que tienen un enorme mérito ser periodista en una país con libertad pero sin ella.
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