domingo, 28 de junio de 2015

EL CHOCOLATE DE ANTAÑO


¿Quien lo iba a decir? Parece un mal sueño. El PNV es la lista más votada y me parece que está de pintamonas en el Ayuntamiento de Donosti. Yo sólo escucho hablar del equipo de Odón, el mismo que calzaba de izquierda progresista con Aralar y EB y ahora va de compay del abolengo nacionalista. Lo que se tercie. La gente votó al PNV, en tal proporción, como respuesta a la dictadura de Bildu en Donosti, ante la incapacidad de este partido para gestionar, falta de solvencia y rigor  a la hora de administrar el cortijo (o una parte de él ya que Igeldo se quedaba fuera de la Ciudad) y aparece nada menos que Enrique Ramos otra vez, en esta ocasión, nada más que como urbanista mayor de la ciudadela, ante los ojos atónitos de muchos donostiarras que lo que menos esperaban y desean, habiendo votado al PNV, es contemplar al sectario Ramos en semejante poltrona. Esto hay que cambiarlo, la segunda vuelta es imprescindible porque estos partitócratas conforman gobiernos o desmienten otros desde intereses de oligarquía de los aparatos de su Estado de Partido, de sus jefes políticos. Por eso ha vuelto lo más casposo y rancio del gobierno de Odón Elorza; aquel alcalde que antes de que "Podemos" pusiera vigilancia a las entrevistas a sus líderes, ya lo hacía Odón con su jefe de Prensa que te miraba con un cara de sabueso muy peligroso y.. ¿Cómo osabas preguntar ante tal mastín algo ligeramente comprometido?
¡Que triste! El pueblo de Donosti votó a Bildu y se equivocó; dejó de lado a Odón y su chocolatada y pasteleo y, ahora, le vuelven a votar sin estar eligiendole y retorna quien no quisieron siguiera y se queda, o sea, se equivocan otra vez. Porque Enrique Ramos ya estaba en aquellos gobiernos fantasiosos de Odón.



Cuando perdió las elecciones, este individuo que ya gobernaba con Odón no me admitió en su muro de facebook unas opiniones sobre el apoyo de los socialistas europeos a la izquierda radical; como de hecho hizo Odón adulando a grupos que luego se pasaron todos al olor de Bildu mientras engordaron con él y trajeron tantas servidumbres, entre ellas el retraso de la incineradora que aún penamos por lo sucedido después con Bildu y su negocio del PaP. Fue vergonzoso y patético aquel gobierno de Odón con Aralar y EB que no paraban de cobrar bien y de no hacer nada salvo demagogia para ir tirando de progresía, anti-incineradora y paz que nunca llegó salvo para la casta. Enrique Ramos me expulsó como un pequeño reyezuelo de país bananero que ha sido siempre, un arribista político y un pésimo concejal, por decirle que el PSI se hundió en Italia por sus pactos con los radicales.
Ahora me entero que Enrique es concejal de urbanismo, no salgo de mi asombro. Vuelve el más cutre y censor PSE de Odón. Y no se lo pierda usted, hablando del sobre-coste de la estación de Autobuses, por gastos financieros y de personal, "irrecuperables", por la UTE. 
Su preocupación por el bolsillo de los donostiarras le honra, pero mejor se hubieran preocupado en los tiempos de Odón de no dejarnos el cañonazo e ilegalidad que pegaron en Illumbe. Algo por lo que, en cualquier democracia, Odón, hubiera sido procesado. Mejor que se calle Enrique.
Pero es que hiere los sentimientos saber que, aún conociendo que como gestores los de Bildu fueron nefastos, él y Odón durante veinte años tuvieron la desvergüenza de dejarnos sin Estación y se dedicaron a vender humo por encima y por debajo, todo el suelo de la Ciudad, creando una especulación capitalista sin límites y escandalosa. Bildu  cometió el error de suspender la adjudicación de las obras, que no fue definitiva, y lo que se abonó a la UTE (1,3 millones) no fue como indemnización y cuando se reanudaron las obras, presionados por el Pleno, se encontraron con que ya no se pudo recuperar todo ese dinero, quedando para las arcas de los ciudadanos la cantidad de 600.000 euros. Enrique Ramos no tiene memoria, habla de los demás como si el no hubiera nunca gobernado (algo muy del PSOE) pero lo triste es que vuelven el PSE con los mismos malos gobernantes dictadores de la época de Odón.



Yo pensaba que el PNV era más serio como para admitir a estos yupis graciosillos que jugaban con hacer lo que les venía en gana, menospreciar a la prensa que no les adulaba y distribuir subvenciones entre sus pelotas más babosos; al tiempo que hacían chistecillos sobre cómo se podía ingerir el chocolate sin mancharse, en aquellas chocalatadas de agosto de Semana Grande, en las que prohibían entrar a Urdin Irratia y Denis Itxaso, apijotado totalmente, veía muy cansada a su prensa y les invitaba a sentarse y tomar tan manjar muy cerca del carismático Odón que era quien daba lecciones sobre la papada y el chocolate. Y los periodistas perdían el culito (en sentido figurado, claro está) por sentarse y recuperarse de tanto dolor de cámara encima del hombro o de tanto dar a la lengua hablando para glosar al grandioso Odón Elorza. Todo muy romántico, ilustrativo y bonito. ¡Que desgracia aqueja a San Sebastián! Así, la Ciudad, no puede avanzar. Chistes viejos con caras viejísimas y desacreditadas.

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