ACTORES DE LA TARDE:
PEPÓN NIETO, JUANJO ARTERO Y LUIS BERMEJO
CON: ÓSCAR LADOIRE, MARIAN MONTILLA, ANDREA DURO, ÁLEX MARTÍNEZ Y RAMÓN QUESADA.
Un capítulo de un crescendo dramático, con un hondo poso filosófico y de referencia política, impresionante. Hemos asistido al mejor cine de Ignacio F. Iquino con ese sagaz policía y "Víctor Reyes" en una narración perfectamente documentada sobre la doble personalidad del propietario del "Café Reyes"; a la filosofía de Buero Vallejo trasladada al teatro (en dos momentos como el "Doctor Valmy" y "Un soñador para un pueblo"), en su mejor momento de creatividad, en el año de 1.958; a la educación y reconducción de aquellos hijos ya altaneros y pequeños burgueses que surgían tras el receso de la autarquía y con el inicio de la liberación de la economía y de la apertura del Régimen a las inversiones extranjeras. Era un país que cambiaba en lo económico con la entrada de dinero inversor; por lo que los emigrantes traían; por el desarrollo del turismo y porque el País, para todos los empresarios, nacionales y foráneos, era resignado y de mano de trabajo barata. A este socaire comenzó un pequeño consumo y una generación de jovencitos de entones que se creyeron los reyes del mambo y que comenzaban a plantar cara y a rebelarse ante una generación que se lo había dado todo, con mucho sacrificio, y ellos comenzaban a recoger egoistamente aquellos sus frutos. Planteado magníficamente en la secuencia entre "Américo" y su padre, con la intervención de un Pepón Nieto, inconmensurable esta tarde, defendiendo a "Paco" y a toda una generación de titanes, disconformes y arriesgados.
Además de ello y lo comentamos más abajo hay una referencia política a aquella amnistía de los 60 para los "Rojos" que fue un camelo aperturista similar a muchos de hoy; no olvidemos que quien estudie la época de Franco encontrará referencias de analogía increíbles de la misma, con la actual España de Partidos.
Y nos vamos preparando para ver salir de la cárcel al maltratador, unos jueces, aquellos, tan incomprensibles como muchos de los actuales que muestran gran sensibilidad por los delincuentes.
Un "Fortunato" afortunado en destacar las enormes cualidades de un valiente, considerado por muchos como un pusilánime, un locatis novelero, un sin fundamento y un sin porvenir. Un gran hombre, es verdad lo que le encumbran las palabras de "Fortunato": los soñadores son los que mueven el mundo. Que bella descripción de las ilusiones y los sueños de la puteada clase trabajadora española, a la que el infortunio le persigue pero que, a pesar de ello, se levanta y sigue luchando con sueños de grandeza que son los que le infunden la fe en el futuro. Los dos actores han mostrado tanta fuerza y tanta vibración que casi parecía nos acercaban la comprensión a cada uno de nosotros, aplaudiendo a tanto soñador, imbuyendole de moral, tanto romántico visionario como hay desperdigado, maltratado y ridiculizado por las calles de España. En ese emprendimiento de los dos (manager y lucha libre) se encuentra la utopía que les hace creer en un mundo laboral más favorable y gratificante; dos quijotes visionarios a la aventura sin un destino fijo, al azar de lo que salga, sin experiencia y sometiéndose a las burlas e incomprensiones de un policía gangster y de un hijo gilipollas.
Todo este momento ha sido un traslado del mundo de la literatura al mundo de la televisión que nos adentra en el sentimiento de la amistad y solidaridad entre dos amigos entre una cotidiana existencia que desean superar. Un Pepón que ha estado sublime cuando no sólo sabemos por su condición física que desmiente por su fortaleza a los menosprecios de ese policía corrupto que va a acabar mal, subestimando a "Fortunato" con tanta arrogancia en su condición de labores domésticas incompatibles con la lucha libre y su preparación; sino que ha superado esa fase de golpe mortal inapelable que tiene "Fortunato", con ese otro guantazo, este otro más sutil e inapreciable, de mayor eficacia, sentimental, que le ha sabido dar al díscolo "Américo"; confundiéndole, haciéndole recapacitar mucho y pedir perdón al final por su huraño y egoísta comportamiento para con su padre y allegados. Enorme secuencia donde se muestra que la fuerza bruta no está reñida con la filosofía, la ternura y la sensibilidad.
Irónica y actual secuencia que se podía desarrollar en la actualidad sobre los gobiernos que, cara la galería y a sus propios intereses autocráticos, dan amnistías o conceden beneficios que ya están amortizados y que son sólo una parche y una estratagema para alcanzar réditos políticos, administrativos o económicos. El poder es corrupto, todo; manifieste lo que apruebe en Consejo de Ministros, es para su propio beneficio, con Franco o con Zapatero o Rajoy. Aquella amnistía para los "Rojos" era un puro escaparate para hacer más digerible una dictadura que abría las manos a los inversores extranjeros. Que sabía de las escisiones que existían entre varios sectores disconformes con el PCE en 1.963. Era la época de Peña y Sandoval; de los apoyos de China y Albania a otros comunistas descontentos que abandonaban el PCE y se unían a delegaciones chinas y a otros partidos comunistas como el belga. Ello, así como una mejor funcionamiento de la administración, agilizada con el perdón y con supervisión sobre los "enemigos" perdonados, hicieron dar este paso a Franco, similar a los cosméticos de nuestro país en la época del Estado de Partidos.
Y se nos presenta ya ese submundo puteril de los fotógrafos aprovechados sobre la inocencia de chicas sin experiencia o contactos que trataremos en días posteriores. Morbosa cinefilia entre gentes vampirizadas por la fotografía, objetivos indiscretos y esos momentos de voyerismo, mentes perturbadas, aprovechados que encuentran placer poniéndote en bolas ante el objetivo y carrete de fotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario