lunes, 3 de junio de 2013
LA PASIÓN DE "GONZALO" / LOS AMORES NUNCA TERMINAN DE MORIR
"PUENTE VIEJO" SE SUPERA
Hoy, el "travelling" acercándose a Jordi con el pajarillo en la mano, mientras lamenta su soledad sólo mitigada por el ave fiel que vuelve, ha sido algo más que una exhibición del sufrir folletinesco de un enamorado y sacerdote que padece la ausencia de su auténtico amor. Era una elegía a la soledad más cruel, la que te amputa de tu otro "yo".
Me estoy reconciliando con Jordi, aunque sigo reprochándole ciertos tics que no me terminan de convencer, pero en los "largos" adquiere una innegable fuerza televisiva. Hoy, parecía un auténtico "Ecce Omo" de Caravaggio. Tenía una fuerza espiritual que nadie podía quitársela. Una imagen de encontrarse partido en dos, como pocas veces se ve en la pequeña pantalla. Enmarcado entre las lóbregas paredes de un nicho de amor en fuga, perfectamente cuadriculado en el centro de la ventana, me ha conmovido por real. Demostraba algo que el existencialismo estudió hace tiempo: Los amores más verdaderos conllevan mucha ausencia y vacío y nunca terminan de morir. Son los mejores pero muy dolorosos, por imposibles muchas veces.
El amor entre un sacerdote y una mujer es santo. Esa es la convencida y convincente apuesta arriesgada de PV. !Me encanta!. Está presentada sin algún aire irreverente y es una solución saludable. Es anarquía reverente. El mal está en el matrimonio equivocado, no en los deseos de fundirse dos seres que se aman hasta más de sus propias almas. Lo hacen de modo normal, sin más dramatismo. La vida es una apuesta de una inteligencia superior y justa que pasa de excomuniones y alcahueterías.
Me recuerda mucho a un film maldito: "La pasión de Gabriel", del colombiano Luis Alberto Restrepo. Aquel sacerdote apasionado de una mujer, en un pueblucho de Colombia, entre mezquindades, enfrentado al caciquismo e injusticias, queriendo sacar al pueblo adelante, deseando salvar almas y que se pelea con todos y cuya cruz fue su amor. Beligerante y rebelde contra los desafueros de ciertos malos vecinos.
Aquel sacerdote, como "Gonzalo", proyectaba su amor a lo terráqueo. De camino por la vereda de la verdad, lleno de defectos pero con una gran voluntad de hacer bien las cosas, mucho mejor que los fariseos de PV que condenan al "curichi" cuando miran la paja en el ojo ajeno y no limpian de inmundicia su casa corrompida. De una sociedad que sobrevivía en la triste desgracia de hacer el mal al vecino, desposeyéndole, incluso, de la vida.
En este film, el sacerdote construye un puente para dar paso a los alimentos de un pueblo a otros. En PV una casa de aparceros. En los dos, son personas del pueblo en sociedades latifundistas.
Se aprecia en Jordi un carisma sorprendente. Su actuación ha sido, hoy, vigorosa y muy profunda. Maravillosamente humana. Y muy bien por Loreto, una chica educadísima, que sabe interpretar con mesura a esa dolorida enamorada que sabe del corazón amoroso y sincero que cohabita en el hombre de iglesia. !Estupendo!
José Ignacio Salazar
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Cada día Jose Ignacio me gusta más como escribes! Siempre es un placer leerte!
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