Muy pulcra realización del impresionante capítulo de hoy. Realismo y naturalismo en el PV de hoy. Un bálsamo de
nostalgia para el magnífico espectador y una bomba atómica para la
sociedad cobarde y desvencijada de aquella España de "Puente Viejo".
“Igualica, igualilla que su difunta madre". Así de bellísima y de
deslenguada, "Aurora", pero más cerebral, contenida por su freno intelectual. Sobrevivió en
aquella India carcelaria, gracias a su conocimiento y al buen uso que hizo de su
saber. Ahí y así comenzaron las mujeres
a emanciparse. Su madre, la grandiosa "Pepa"/Megan, fue más
aturullada y cándida en el fondo, porque era generosamente pasional pero
carecía de resortes de control sobre todo un montaje social que le sobrepasó
porque con la verdad, sólo, no se hace la revolución. Albergaba la grandeza de
la lucha pero estaba condenada de antemano, lo sabía, y la sociedad la asesinó
pero lo que nadie pudo prever, dejó la semilla en su hija que germinó. Estaba
sola y murió con cientos, miles de amigos que la recuerdan como la gran mujer
que fue. Era tan grande que su amor no fue desangrado en aquel parto de su
última noche. Su hija, su propia sangre, hizo de su viaje al otro mundo de La
India, era para homenajearle y sentirse digna hija de aquella portentosa madre
a la que nadie borra de la remembranza.
Pero ya nada es igual, con "Aurora" no van a vencer los
desatinos inhumanos frente a su impulso guerrero contra los mismos convencionalismos; incluidos los religiosos,
en esa secuencia cuando, magistralmente,
hace frente a" Don
Celso", supremo Eleazar Ortiz, por su canalla imposición de normas rígidas construidas para tener
a buen recaudo a los caudales de la
Iglesia. En "Pepa"/Megan, y ahora con más demoledoramente con
"Aurora"/ Ariadna, como en aquella novela de Valera que recuerda
entre sollozos "Tristán": "Pepita Jiménez", la pasión y la
nobleza lucharon contra una falsaria sociedad pseudomistica, mojigata y
criminal. La primera secuencia es antológica. La confesión muy tranquila,
llorada por el sufrimiento y desesperación de una lejanía casi irreversible
hacia tus seres queridos por siempre. Hoy, los pasteles, se han cocido a fuego lento pero con energía nuclear.
No se aturulla el diálogo entre ambas. Un momento muy difícil de resolver, pero interpretado y realizado en lógica y sentimiento nada folletinesco. Aída y la impresionante
Ariadna han resultado perfectas. Sensibilidad y autenticidad únicas. Imposibles
de encontrar en la televisión actual. Por ello, entre otros motivos,
"Puente Viejo" triunfa. Muy difícil de olvidar el trabajo de ellas
dos en esta tarde, unido al de Álex Gadea, desmitificado y con dinero,
descuidado e intranquilo, en su cobarde propuesta de permuta de unos billetes
por una tranquilizadora huida de la auténtica sangre de sus venas y
capilares que recorre el cuerpo de su majestuosa hija. Menudo descarado
ataque a la hombría del que fue zarco y
guerrero: "Tristán". Decrépito padre de tal hija "Jacinta",
hundido, desnortado, dicho fantásticamente por una extraordinaria Ariadna Gaya,
huérfana desolada del cabestro de padre que tiene, que ni le reconoce en los genes
de "Pepa" que traslada,
luchadores y llenos de fuerza explosiva y amor. Si hubiera un premio
"Goya" para estas gentes, y salvando la politiquilla y el enchufismo, Ariadna es mecedora de tal
galardón por el trabajo que ha hecho esta tarde. Incluso, ha eclipsado a Megan
Montaner. Que ya es aseverar.
Lo de Eleazar Ortiz, en "El Colmado, no tiene desperdicio. El
"telele " que le infunden los chismes de "Dolores",
hasta... se tiene que sentar y, tal vez, con copita recuperadora para
sobrellevar el soponcio. ¡!!JAJJajjajajJ!!!. Un disgustazo con punto de sofoco
por cada minuto de la desfloración narrada.. Lo de los "Mirañáez", lo
dijimos ayer, es el retrato cruel del diario chiste real en el que vive, desde
siempre, este caótico país. No es un país, es una sorna sin fundamento
ideológico alguno, de un cachondeo nacional absoluto y con un desbarajuste de
chochos y con una alienación
majareta. Dos apuntes. Bien por los celos de "María", dan algo de
incandescencia al dueto de enamorados lánguidos. Guapísima Loreto, estos días, inquieta
y celosota ante la supuesta competencia. Hoy, Selu, en cierto momento, cuando
estaba sentado junto a su amadísima “Quintina” ( encantadora Blanca Parés), ha
comenzado a gesticular y me ha
recordado en gestos, aturullamiento y dispepsias a Manolo Fraga Iribarne. Y lo
de los "ratones coloraos" me ha traído muchos recuerdos. Había un
gran periodista en San Sebastián, Miguel Vidaurre", al que siempre
entrevistaba en el Festival donostiarra. Solía escribir sobre mí, en la prensa de San Sebastián, que yo era más
listo que los "ratones coloraos". No es así, pero me quería mucho y yo a él, también.
Sobre "Mariana", ya sabemos
que, aunque no asome, está siempre presente. !Oiga!. Espero que el muertecito
por cándido, no asome más desde el otro
mundo que, ella, desde la funcional cocina moderna de la "Casona. !Que queremos ver a "Mariana"( la número uno: Carlota Baró) de cuerpazo presente. !Vamos!.Dedicado a Ariadna Gaya. Se lo merece. Porque posee mucho talento y hay que apoyar al mismo, siempre; porque no vive de las rentas de su predecesora y se lo ha trabajado con una sensibilidad exquisita. Me encanta la gente que sabe valorar una buena oportunidad.
José Ignacio Salazar
Si, Ariadna ya va 'cogiendo' tablas y se está 'haciendo' con el papel, hasta el acento catalán que se le notaba lo va perdiendo... Y no me extraña que al principio estuviese tímida e indecisa, para una actriz tan joven tener esa responsabilidad ante un personaje rodeado de la expectación de 'todo un país', una hija que debe tener los genes de la partera sin llegar a imitarla, una ira contenida hacia su padre, es un gran reto y creo que Ariadna lo está consiguiendo...
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