Los ojos de “Aurora”, en esta llorosa tarde aquí en San Sebastián, son el corazón en un puño al reencontrase con su pasado más querido, con sus seres de infancia y con su prima del ayer, que no le conoce. Aunque ella, sí que lleva muy adentro lo que vivió en aquel PV de sus días de infancia pasada, rodeada de aquellos que, con tanta pesadumbre, hoy, evoca ansiadamente y añora con emoción contenida. La turbación es indescriptible. Transmitiendo signos de conmoción vital sin límites. Poderosa “Aurora”, comunicando subliminalmente todo el amor que tenía por sus gentes amadas del ayer. Me he quedado “flipado”, presenciando la percepción contenida de Ariadna, hacia los ojos de “María”/Loreto, a la que recuerda perfectamente, en un acto de comunicación tan rotundo como discreto e inaprensible, tímido, para con la señora de" Mesía". Ha sido un acto de amor. Cuando magistralmente, “Aurora”, prolongaba sus ojos y sentido hacia su ser querido, en ese encuentro aparentemente social y cortés, pero que encerraba una densidad perturbadora y una emotividad cirrótica. Bien respondida por “María”, que aguanta mirada hacia “Aurora”, durante el tiempo necesario pero que está lejos de descifrar a quien está mirando y saludando. A alguien que busca su sitio en la familia. Que los necesita porque se los robaron. !Excelentes Loreto y Ariadna!.
Hoy, hemos asistido a una sesión noble de “voyerismo”. Pero en esa captación de un pasado por parte de “Aurora”, sin ser apercibida, que no le resultaba excitante sino demoledoramente nostálgica. Un audaz viaje, muy original, al tiempo en el que vivieron sus padres y parientes. Un espectáculo de vanguardia literaria, al estilo de Stephen King. Ya dijimos que era una pasajera del futuro que llega a un pasado que debe de resolver. Es reencontrarte con aquellos sus oriundos, casi como les dejaste sin que ellos, sepan quien era uno mismo. Y como viaje al pasado, puede desencadenar toda una suerte de eventos paradójicos que acaben en convulsión existencial. Pero debe de hacerlo para celebrar un futuro en justicia recurrido.
!Es que todo PV es un sueño y un hechizo indescriptible!. Es una delicia que tiene, incluso como hoy, hasta la ciencia-ficción. Conoce “Aurora”, al viajar al PV que no cambia, la evolución de las gentes de esta perdida y entrañable aldea. Es una fantástica diversión para por las tardes de televisión, con un argumento sencillo pero sutil. Romántico y elegante, divertido y muy imaginativo. Y muy bien interpretado.
Y es comedia. No ha faltado el humor de “Hiroshi”, para desternillarte de risa con la familia “Mirañar” y la dulzaina tabarrera del nipón. !Maravillosa Blanca Parés!. Metida en registros y gesticulaciones timbradas del cine mudo, un lenguaje corporal muy bien compuesto. !Me encanta Blanca!. Unos gags muy divertidos, esta tarde en el "Colmado", un momento de hilaridad encomiable y de agradecer.
Y a destacar la torva mirada del “cuervo”: “Don Celso”( “Mariana” siempre tan aguda y de labio afilado), en plano de fondo, mirando torvamente a “Gonzalo”, desahuciándole, como si hubiera celebrado una misa equivocada. El clásico clérigo de cordialidad cogida con tirantes, aparentemente simpático y de dulcificada mirada amorosa. El ensotanado que, cuando le contradices, su ira aflora desde sus oculares, transmutándose en la de una momia vengativa del caduco Satanás que le corroe por el interior. Toda un demoníaco aire de fiera ancestral, espantosa y terriblemente a temer por lo que trama por la espalda.
Dedico hoy este comentario a mis "compas" Juli y Patricia, recordádoles que, en el Festival, combatiremos la guerra de Cuba, pero para ganarla. Besos a tod@s.
José Ignacio Salazar
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