sábado, 29 de noviembre de 2014

LA MOQUETA


No hay político en España que se resista a un paseo por entre mullidas moquetas. Allí naufragan, en cuestión de minutos, todas las ideologías progresistas y los buenos propósitos hacen aguas como si nunca hubieran tenido su esplendor. La casta política, enmascarada o no, puede prometer y promete lo que sea. Como es casta conoce de antemano que el poder político no lo crea el ciudadano ni lo propone tan siquiera. Por ello, una vez que el pobre súbdito se ha sentido orgulloso de sentirse contado con él por el Estado, hace lo que le viene en gana sin responsabilidad ni política, social o judicial. Una vez el resultado, el consenso repartido de antemano, hace maravillas y fusiona increíbles intereses diametralmente opuestos. Creer a Pablo iglesias es una quimera ingenua más. Los números no es que no nos saldrían sino que suponer que los recursos del Estado son larguísimos y que con castigar a los ricos, controlar el fraude ya se soluciona el problema del país, tonto el que se lo crea.
Es de un trasfondo populista incuestionable, una utopía para morirse de risa, impracticable, si no es una oportunidad única para recoger el voto de los cabreados para seguir pactando en consenso con otras fuerzas. Suponer que somos los reyes del mambo cuando tenemos una escalofriante deuda pública del 100% del PIB, que somos parte de la UE a la que debemos muchísimo y que no somos competitivos y que no inspiramos confianza, presuponer ello en esta coyuntura es una publicidad engañosa para hacerse con el poder y repartirselo entre toda la casta y consigo mismo. 



"Podemos" es tan casta y corrupta como todos. Porque legitima la monarquía y todo el que participa legitima lo que hay. Y tiene mucho de Gramsci cuando escupe sobre ese mundo macabro e hiperreal donde sólo hay dominación sin hegemonía, faltando al poder esa legitimidad. Violencia   e impotencia impuestas mediante la coerción.
Sé que para estar al día, hoy, hay que ser de "Podemos", ayer del PSOE hasta que fracasara, anteayer de Suarez y antes de Franco. España es así de facha, siempre al pesebre más calentito o al zarzaparrillero que mejor venda relojes en el Rastro. 
Es un partido de Estado que puja por crear más funcionarios y pelotas en derredor, estómagos agradecidos, sin explicar cuanto y cuantos deberemos trabajar para alimentar a más parasitismo. Lo demás es inviable, señuelos para que piquen los incautos: la nacionalización de la Banca, reducción de impuestos comerciantes y asalariados y repartos equitativos de las rentas. Formulas simples, inviables, sueños de gloria para alcanzar el poder como sea y más de los mismo salvo que alguno crea a pies de miliciano que le van a dar una renta básica y que la deuda no la devolveremos porque somos cojonudos y de izquierdas y además nos dan una paga sin trabajar sólo por tener carnet tal como promete el orador.


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