sábado, 8 de noviembre de 2014

LAS PEORES ATROCIDADES QUE PODEMOS IMAGINAR EN MEXICO

SIN CENSURA DESDE ESPAÑA

Me pregunto yo a esta hora de la tarde de un sábado que hago preguntando por estos héroes cotidianos de México, revelando su condición de víctimas de la corrupción y crimen, héroes cotidianos, anónimos cuando vengo de una Ciudad, San Sebastián, donde todo era comilonas, gritos estentóreos, fanfarronerías a la hora de pedir una consumición, aburguesamiento paleto de querer y no poder más, para hablar de esta catástrofe que, de seguro a nadie le importa en mi Ciudad. Preocupada hoy por el bebercio y las piernas depiladas, tribu y patria, contorneo y fortaleza física para recorrer una barbaridad de kilómetros a pinrel que la "espicha" más de uno cada año en la denominada patriótica "Behobia-San Sebastián".


Siempre he pensado que Donosti no tiene derecho a quejarse de nada, vive de espaldas a la realidad y en medio de tontería. Que ni le preocupan contextos políticos e indignaciones para dejarse llevar por lo que es nacional patriótico, obviando las cosas urgentes que ocurren aquí, allí y ahora.
A un donostiarra bebedor y comilón, que cree que como están los que les subvencionan la calle y todo es de ellos, no le importa la tragedia de México, se la suda y se engulle en pintxopotes y a otra cosa en estos días de pertinaz maratón nacional entusiástico patrio. 


Yo que soy atípico y me tienen mucha manía, que me considero de izquierdas en una ciudad derechosa y ultra, venida a menos,me acongojan los 43 desaparecidos, casi con seguridad asesinados en un homicidio generalizado, estudiantes en México.
Esto ocurre en todos estos países corruptos, gobernados por asesinos nunca lo suficientemente denunciados por la prensa internacional. En "Iguala" y "Cocula" los detuvieron por policías locales y han desaparecido, ello ocurrió hace un mes y medio. De todos ellos sólo quedan cenizas en contradas en dos bolsas de basura que se han llevado a pruebas mitocondriales. Ocurrió entre el 26 y 27 de septiembre. 
Asesinos policías los entregaron a un grupo criminal "Guerreros Unidos" que los llevaron atados, apaleados y con bolsas de plástico tapándoles la cara, hasta un barranco donde llegaron ya asfixiados muchos y al resto los remataron, atándoles de manos y piernas mientras les lanzaban por la barrancada, agrupando después los cadáveres y quemándolos con fuego después de rociarlos con gasolina y diésel.


Un fuego que incineró durante 14 horas los cuerpos de los estudiantes a los que, en sus despojos, les rompieron los huesos, metiéndoselos en bolsas de basura que eran lanzadas al río.
Eran pobres estudiantes de la escuela de Magisterio Rural de Ayotzinapa y sobre cual hecho un cruel presidente, Peña Nieto, con prisa por salir de fiesta en el fin de semana, quería cerrar el caso de modo descaradamente cruel y frívolo apelando a frases correctamente usuales pero nada tranquilizadoras para los pobres familiares de estos chicos, apelando a diversas competencias para no actuaciones debidas en hora pronta y a investigaciones erróneas que se subsanarían en el futuro. Es indudable que debe de ser detenido el Presidente de México por representar  a este grado de corrupción institucional de este país en todos los organismos (policía, ejercito...) y mucha mafia de Cartel de droga y colaboradores sinvergüenzas. Un mal endémico que no se puede permitir o tolerar. Su anterior Presidente, Calderón, fue un desastre, persiguió mal y a destiempo a mafiosos y este es un vividor sin escrúpulos que debe de ser detenido de inmediato.



La respuesta de la gente pobre que valientes periodistas lod enuncian a pesar de jugarse la vida, ha sido de gran conmoción e indignación popular. Y no sólo es en "Cocula" donde han aparecido fosas clandestinas sino otras bolsas en diversos lugares a las que no tuvieron acceso los familiares de las víctimas.
Ha sido tremendo, todo proviene de unas protestas que pensaban organizar los estudiantes de Ayotzinapa en medio de un acto que iba a organizar el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa María de los Ángeles Pineda, contestación que acabó con la detención y exterminio de los pobres estudiantes que habían tomado tres autobuses.


Crímenes de "lesa humanidad" con fuerzas de seguridad que participaron, crímen de "Estado, intolerable y una bochornosa y criminal falta de actuación del ejército cuando comenzaron los ataques.
No es el único caso, estos crímenes y desapariciones forzadas sino una cadena de sin ley que existe en este país en manos de políticos, militares, policías y traficantes asesinos. Crimen organizado, infiltrado en todos los estamentos del país que como la corrupción en España proviene de lo municipal donde se da la confluencia de narcos y gobernares y policías locales que menos proteger a sus conciudadanos se dedican a matarlos.
Hace poco vimos en el Festival donostiarra, con cierto éxito, el filme de Pablo Malo: "Lasa y Zabala" que conjuró muchas denuncias de la llamada progresía nacionalista por lo horrendo del caso, aquí o allí, da lo mismo, igual asesinato es aunque lo narrado hoy no le interese a muchos de los mismos que pusieron el grito por el crimen de "Lasa y Zabala". Y el caso tiene muchas similitudes además. Estudiantes detenidos y entregados aun cartel narcotraficante que los torturó hasta el exterminio, trasladados después a un basurero y quemados con gasolina, llantas, leña y vaciados sus huesos en un río donde eran arrojadas las bolsas de basura que los sontenía, 


Es muy difícil saber el ADN por la incineración. No eran terroristas, eran estudiantes y maestros del futuro. están muertos a pesar que muchos padres creen secuestrados a sus hijos por policías corruptos, amparados por el Presidente y el Fiscal, un dirigente que anda de cumbres internacionales para enseñarnos no se qué y que debía ser detenido por la Interpol. 


En esta casa se escondió el alcalde y esposa que ordenaron la muerte de estos pobres estudiantes: José Luis Abarca y maría de los Ángeles Pineda, una casa modesta de tres cuartos y techo de de lámina, en la Colonia "Santa María Aztahuacán", una zona humilde en el Distrito Federal. Una casa de color gris que presenta golpes en el zaguán de color blanco y con ventanas rotas.







Un país sin derechos humanos, sin estrategia de combate a la delincuencia, en manos de mafioso políticos y gangsters de carteles metido ahora en un horroroso crimen de Estado que da ruedas de prensa alas tres de la madrugada.

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