"ALONSO" : EL VERDUGO DE LOS OBREROS

Una crítica a la condición endeble y alienada de la clase obrera sometida a malos gestores, sin escrúpulos o sentimientos, en un país y una época donde nadie te defendía y te encontrabas, sin saber cómo e injustificadamente, en la puerta de salida y sin derechos. Aguantar, aceptar y callar. Y perder tu puesto de trabajo. Un trabajador esforzado y modélico, contratado en unas condiciones, acaba despedido sin haber faltado gravemente a sus obligaciones y sólo porque, al nuevo modelo de productividad, no se le pueden poner cortapisas ni retrasos. Todo se paga con la puerta y ... ¡Hasta siempre!

Este momento no ha envejecido absolutamente en la actualidad, en la forma y en el fondo; un argumento muy interesante y que contiene vínculos con el presente. Hoy, con la Reforma Laboral, por un fallo de estos, así considerado, vas a la calle directamente. El retrato que se ha hecho de la impiedad hacia el trabajador y la deshumanización de los nuevos tiempos que llegaban ala franquista España, marcado todo ello por el imperio de la máxima productividad hasta reventar y el castigo empresarial frente a los antiguos tiempos más familiares en la empresa, se acercaba mucho esta tarde al filme "Tiempos modernos" de Chaplin y a aquel otro de René Clair: "Viva la libertad". 

 Ni "Félix" ni "Marta" ven con buenos ojos semejante injusticia. "Marta" se sigue viendo ninguneada (y  ala que mañana intentará caramelizar con un desayuno que ni tan siquiera lo ha preparado él) y "Félix", tal vez en el mejor momento de la tarde, le advierte que quien siembra vientos, recoge tempestades. Y lo dice un empresario a la vieja usanza, no sólo porque es un buen hombre y sus métodos se encontraban mas humanizados, sino porque la agresión a un trabajador, menospreciándolo como a un sapo además, puede acabar en tragedia. Aunque también es cierto que ningún sindicalista intrigante, le ha defendido. "Maroto", palmadita al hombro y si te he visto no me acuerdo. Este asunto del pobre y desconocido "Benito" no les daba cuotas de poder o era conveniente moverlo para los intereses del partido. Un recadero era poco para los comunistas.

Se retrata ya, en medio de la represión de Franco, la división existente entre obreros de primera y de segunda (como hoy),  sólo alguno de los "Novoa" y su familia y amigos como "Henar", se muestran solidarios de corazón, pero el pobre "Benito" condenado a vagar para buscar otro trabajo. Un momento muy interesante, que nos retrotrae también a la Europa de las empresas en los años 70; a una clase obrera cautiva y desarmada por la industrialización y globalización ya incipiente;  que no no forma parte de un pasado remoto, es de hace cincuenta años y que continua similarmente.

Y me ha gustado porque el guión no ha sido el de una soflama marxista, como pecó mucho el cine italiano de los 70. Si hay algo que hay que destacar siempre de "Amar es para siempre" es su insobornable objetividad.De hecho, venimos de ver a los comunistas y enlaces sindicales, en esa misma fábrica, como intentaban que los obreros se sumaran a las estrategias revolucionarias y de huelga, así como a la linea oficial del sindicato; y a "Benito" le han dado la espalda.

Esta tarde, un excelente actor, Miguel Ángel Muñoz, acompañado de Mariona, Nancho, Mariam y los demás, nos ha mostrado cómo funciona el capitalismo y cómo este se ensaña sin clemencia con los obreros. Una matriz que hoy continua más vigente que nunca. Es la explotación laboral, la división de la clase obrera en el seno mismo de la producción, el despido caprichoso y los intereses irreconciliables entre aquellos nuevos empresarios explotadores que necesitan que, otros, trabajaran más para mantener sus intereses, producción y estatus, y los obreros que necesitaba trabajar para vivir. No ha cambiado nada desde la época de "Alonso". Ni en Europa o en España, en esto cincuenta años.

La despedida tiene un tono melancólico y enrabiado, que contrasta con la poca solidaridad y la rutina del trabajo de los demás, a los que poco les importa que sea puesto de patitas en la calle, un compañero. Todo son ritmos pesados, miedos, deslome y mecánica en estas nuevas empresas y el factor humano se borró de la fábrica.

Casi podíamos acuñar un lema: ¡Si deseas morir rápido y joven, vente a "Haussman"!

La secuencia surreal del sueño ha sido más que destacable. Ver a María José Goyanes, en ese otro registro, ha sido algo para regocijarse. Parecía sacados, todos, de una zarzuela castiza. El sueño te permite vagar sin control por entre lo absurdo y por lo más profundo de nuestras preocupaciones, como si estuviéramos imbuidos de un poder sobrenatural hasta que el despertar pone a cada uno en su realidad y angustia. Era un sueño masoquista y castizo que rompía el protocolo de la clase aristocrática. Sólo en los sueños, una marquesa, se transforma en tabernera.

Y apareció la ETA, con "Joseba" de Errenteria.  Pueblo que bien conozco porque hice, en él, información municipal. Eran los poli-milis que empezaban ya, con una gran diarrea mental, a buscar infraestructuras para asestar golpes al Régimen y que acabaron matando sin piedad a los más inocentes. En Errenteria, por ejemplo, asesinaron a diestro y siniestro. Con el cuento de la opresión al "pueblo vasco", ellos y sus sucesores, sembraron de sangre y dolor a gente buena y trabajadora, inocentes, se mancharon las manos de sangre obrera, causando un daño brutal a muchísimas familias; para acabar, sus autores intelectuales, sentados en buenos despachos enmoquetados, cobrando una "pasta gansa" en las instituciones.