Cada día resulta más interesante y atractivo el capítulo y logra concitar un interés para el día siguiente, enganchándonos y dando nuevos alicientes. Aquello que tenían los antiguos seriales de televisión y de la radio, esperar impacientes llegue el día siguiente para continuar emocionándonos con lo que llega con ellos y que dejaron pendiente del día anterior. Un capítulo con momentos de auténtica ilusión que parecía había llegado la noche de Reyes, cuando se descubre el misterio de los cuchicheos de "Benigna" y "Benito" con los ojos abiertos, feliz, que casi le da un perleque, acaba por fin descubriendo que es su librería. Un trabajo de autónomo que le va justo como anillo al dedo. Vivir entre libros; charlar con la gente; culturalizar a los demás; realizar ese noble servicio de pregonero de lo que periodistas y escritores han plasmado entre papel, sobre cómo ven el mundo, la vida y narrando lo que sucede día a día. A partir de ahora, ocupará sus días en este apasionante trabajo de intermediario de la cultura y donde podrá ejercitarla memoria, la sensibilidad, el conocimiento, la intuición y brindar todo eso a los clientes. Una librería es muy importante. He recordado a mi amigo Javi en su librería de Pasaia, cerca de San Sebastián y sé muy bien de lo que hablo. Por cierto, una ciudad, San Sebastián, ha tenido un reconocimiento a su justa belleza y elegancia en aquellos años 60, con ese comentario de la "Marquesa", en torno a visitarla obligadamente si vas al norte. Después del comentario desafortunado de los guionistas en "El Secreto de Puente Viejo", casualmente la víspera del día grande de la Ciudad, recomendando un personaje el no ir a San Sebastián por ciudad fría y desapacible, este reconocimiento a mi Ciudad me ha gustado.
Aquí se va extendiendo la sospecha que algo ocurre, "Nuria" ya se hace preguntas y algo no le cuadra; "Marta", habla de un sentimental padre que ve fotos con ellos de pequeños; "Jaime", intenta buscar explicaciones a ese comportamiento tan decaído de su padre. Y "Félix", a una mujer que se olfateaba que algo le sucedía, se lo confiesa abiertamente, advirtiendo que va a existir un antes y otro después.
Valiente confesión que ha dejado a "Rosalía" desgarrada. Una mujer que, en lo primero que piensa, alucinada, es en la relación incestuosa entre "Nuria" y "Jaime". Por cierto, relación que se relanzaba esta tarde con ese acercamiento amoroso, no muy rechazado, entre los dos hermanos. En esa família ha entrado el horror.
La confesión ha estado inmensa. Excelentemente dramatizada. No era una charla de consultorio ni una sonrojante exposición de pecados de otro tiempo, sino una confesión dolida y arrepentida de aquel suceso que tuvo las consecuencias de nacer "Nuria".
No creo llegue la sangre al río. Aunque el enfado es enorme y la reacción de "Rosalía", imprevisible. Lo creo porque, en esta serial, se nos ha mostrado siempre la idea objetiva y romántica que el guión de la serie tiene sobre el matrimonio y que lo vamos a contemplar en próximos días: una certera radiografía de cómo se responde a ciertos y cotidianos problemas en la vida matrimonial. Sobre como, con el paso de los años, y en medios de sus altibajos y enfados que casi parecen irreversibles, los personajes, y yo creo así, pueden relacionarse más allá incluso del vínculo, perdonarse y seguir conviviendo con ese agujero negro. No creo rompan. No me cuadra con la lógica matrimonial que sigue el guión. Los matrimonios, en "Amar es para siempre", y más los de aquella época, no son marido y esposa, sino dos seres que siguen conociéndose, a fuerza de mirarse en el espejo de su habitación según pasa el tiempo. De todos modos momento, durísimo.
Toda la secuencia de esa tímida confesión de "Félix" a "Nuria", que daba vueltas y revuelta y mostraba un lenguaje críptico, para intentar decirle que es su hija, producto de una traición a su amigo sido enorme. Vuelca una compulsiva pena en su autocrítica obsesiva. El momento que mira el retrato de su amigo ha sido de una conmoción total.
Felicitar esta secuencia por su enorme calidad en el guión, nada lacrimógeno y si compasivo, de gran fuerza dramática, con unas excelentes interpretaciones y con eso que una parte ha rezumado en el capítulo de esta tarde: un alto valor antropológico sobre cómo somos y sentimos los humanos, visto desde aquellos días de placer que duraron poco y la pena, el resto de la vida.
Un capítulo intensamente humano y emocional, donde no hay culpables, sino gente que se amó. Y no se han cortado un pelo en el guión, hacernos partícipes de aquellas intimidades que tanto duelen ahora, de las que no nos atrevemos a comunicar; en una serie que, con el nivel de audiencia subiendo, ha sabido mostrarnos la intimidad de estos dos personajes, "Rosalía" y "Félix", como si estuviéramos detrás de la puerta de esa sala de estar.
Nos ha visitado hoy el Grupo La Unión, que me chiflan, con su género pop y New Wave, y nos ha amenizado la sobremesa. Hemos echado en falta que Rafa, Luis y Mario nos interpretaran "Lobo-hombre en París".
Los timos de "La Marquesa" no tienen desperdicio. Engaños y lucro. Así es en realidad la aristocracia, una burda copia del hampa portuario.
Ya puede andarse el "Marqués" con cuidado porque "Ricardo" apuñaló a su antiguo jefe.
Ya puede andarse el "Marqués" con cuidado porque "Ricardo" apuñaló a su antiguo jefe.
Maravilloso resumen de los entesijos de lo ocurrido hoy Un saludo
ResponderEliminarPrecioso Iñaki y la serie se esta poniendo para no perderte capitulo. Un beso de esta tu humilde admiradora
ResponderEliminarQue uena vision tienes de la familia. Yo creo que no romoperan al final. Muchas gracias por tus maravillosos escritis.
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