ACTRIZ DE LA TARDE:
THAÏS BLUME Y ANA TORRENT
No por esperado ha sido menos impactante el conocimiento de "Nuria" sobre la identidad de su auténtico padre. Y no menos dramático el rostro de "Rosalía", perverso hasta cierto punto. El registro de "Nuria", de Thaïs Blume, ha sido el justo para impresionar, hacérnoslo creer y no caer en el melodrama hiriente. Este tipo de momentos los vivían mis abuelos y padres en los seriales de la radio, donde la muchacha conocía el nombre de su padre real , oculto hasta ese momento. Hoy Thaïs, ayer Maribel Alonso o Matilde Vilariño, en aquellas memorables dramatizaciones radiofónicas por capítulos, han interpretado guiones que siempre han revestido de una gran calidad y han atrapado porque, lo que cuentan, habla de los sentimientos más íntimos de la gente y de la ruptura de una vida rutinaria para descubrir secretos que transforman es monotonía de la vida. Con el consiguiente drama que se avecina.
Hay un espíritu maternal en l@s espectador@s de la serie y estos secretos desvelados, hacen desgraciada a la protagonista pero se infiltran en esa sensibilidad del público hasta hacerle desear que, "Nuria", fuese un poco esa hija de todos; además de hacernos un poco voyeur de lo que, de puertas hacia adentro, sufre una pobre chica a la que le ha estallado la cabeza esta tarde y todo se le ha presentado como un fogonazo de luz que le ha dejado K.O. ¡Que de cosas, en un instante, habrán pasado por su cabeza! No sólo referentes al amor que siente por su hermano y el asco que puede provocar la relación y los besos, sino al recuerdo de aquel hombre bueno, al que creía su padre, y que no podrá olvidar jamás o dejar de considerar como tal. Toda una vida se ha venido abajo. Su padre ha sido traicionado por todos y, ella, con él. Se ha licuado hasta su propia sangre y paga el error de los demás; un tema muy interesante porque, los hijos, nacen herederos y bajo las vilezas de los padres.
Indignada y rota, llora y no encuentra consuelo. Ha sido trastocada su paternidad genética ya nada se da por sentado en el ciclo de vida de la chica. Todo es vulnerable. Ha sentido un apocalipsis personal de identidad y de confusión sentimental. Lo que casi peor que le puede sentar a un ser humano. Un gran melodrama familiar de altos vuelos, un material altamente explosivo que han hecho desconfiar a "Nuria" de todos al perder, en sus padres, un espejo de identificación; en él, porque no lo es; en ella, su madre, por acostarse con su mejor amigo.
¡Imagínate a una persona que se entera a los veintavos años que su padre no es su padre y que su verdadero padre, en estos momentos primeros de confusión, piensa es un aprovechado y un golfo! Esto es lo que ha dramatizado esta tarde Thaïs con enorme fortuna; tratado con un desgarro sobrecogedor que le ha hecho meterse en el cuerpo a todos los demonios, haciéndole padecer sufrimientos y pensamientos espantosos que han generado tal impactante y casi parecía absurda noticia. ¡Bella y extraordinaria interpretación! Y no sólo es un problema ya de lógica identidad sino que se une un plus de amor profundo que siente por su propio hermano de sangre.
Me ha encantado, y tras el dramón que ha supuesto, considero una buena secuencia por algo más: porque viene analizando las consecuencias de lo que los padres han hecho, sin juzgarles el guión, y para los miembros de la familia, madrastra, padre, hermanos, para la propia "Nuria"; por cómo queda afectada la prole como núcleo de la sociedad y porque, a partir de hoy, el guión deberá hilar muy fino para plantear inevitables acercamientos con sentido común, con comprensión y un mucho de corazón.
La secuencia ha ido in crescendo creando interés y dejándonos a los espectadores una puerta abierta a que tengamos nuestra propia visión y sin explotar el melodrama coñazo; empujándonos honestamente a asimilar la realidad de estas dos familias que no tienen la culpa de lo sucedido. Sabiendo realizar de este tema árido, algo ácido pero cautivador tratado con mucho respeto. ¡Inmensa secuencia que trasciende a un serial!
Violencia y fracaso en "Alonso", agresión de nuevo a su esposa, rabia infinita por la jugada que les preparó "Jaime" y parece van se van delimitando los parámetros del cercano final de este nuevo rico que, como buen tecnócrata arribista, sólo acepta la competencia, cuando, ella, le beneficia a él; pero no para lidiar con ella. La Ley del mercado es para que los demás pierdan y yo siempre ganar.
Maravillosa incipiente historia de amor bajo los techos de Madrid entre "Pallarés" y "María". Se merece la chica algo de amor en la serie y nosotros disfrutarlo. Delicioso relato sobre como, él, desea conquistar a la chica y, ella, besarle. Bajo los tejados y sobre el asfalto de Madrid: ¡EL AMOR! Momento contado con toda humildad y sinceridad en los dos personajes y desde los más puros sentimientos; todo ello se notaba hasta en los pequeños gestos y en la miradas de deseo de los dos. Recreación hermosa y entrañable del amor, un sentimiento que nace en las plazas o bajo las estrellas.
Un vasco muy vasco, muy rico y ostentoso, de angulas y besugo y un fanfarrón aldeano que no sabe ni por donde anda.
Una saludo a Pablo Abraira, mayorcito, insuperable en sus baladas románticas y mito del Pop de otro tiempo.
Lo mejor que has escrito en tu vida Iñaki ni lo dudes
ResponderEliminarDestrozada a ha dejado la cruel y vengatiba Rosalia a la indefensa e inocente Nuria, que sin comerlo ni beberlo se ha encontrado con toda su vida trastocada me ha producido un gran amargor la forma de actuar de Rosalia
ResponderEliminarPedazo de comentario y que capitulo hoy. No he despegado los ojos ni un instante. Muchas gracias y Rosalia es una pecora
ResponderEliminarMe encanta como describes a Nuria y Rosalia quie es malisima. Eres un maestro de la escritura y poesís. Todos los dias espero tu articulo impaciente. Buenas noches Iñaki
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